La Alianza Iraquí Sairun, liderada por Muqtada al Sadr, ha convocado un congreso general para discutir el plan para la salida del Ejército estadounidense de Iraq.
Según la agencia de noticias Fars News, la alianza parlamentaria de Sairun, el mayor bloque del Parlamento iraquí, ha pedido a todos los grupos políticos y a todos los grupos étnicos del país que organicen un gran congreso para discutir los medios y vías necesarios para implementar la decisión del Parlamento de expulsar a las tropas estadounidenses del territorio iraquí.
“Los iraquíes de cualquier partido político, de cualquier etnia y religión, deben participar en este congreso para unificar sus posiciones sobre el plan de expulsión de las fuerzas estadounidenses de Iraq, que fue adoptado en el Parlamento”. dijo un dirigente de la alianza Sairun, Ala al Rabii, al sitio de noticias Al Maalomah.
Según el parlamentario iraquí, el establecimiento de tales discusiones acelerará el proceso de expulsión de todas las fuerzas extranjeras, cuya presencia representa una amenaza a largo plazo para la seguridad y la estabilidad de Iraq.
La información se produce cuando el Comité de Defensa y Seguridad del Parlamento iraquí ha advertido acerca de una presión de EEUU sobre el gobierno iraquí y los comandantes de seguridad para mantener su base militar en Ain al Asad, en la provincia de Al Anbar.
Visita de McKenzie
Por su parte, el general Kenneth F. McKenzie, jefe de CentCom, visitó el martes 4 de febrero la base estadounidense Ain al Assad, un mes después de que el Parlamento iraquí aprobara una ley que estipula una revisión del pacto de seguridad firmado con Washington en 2010 tras el asesinato criminal por parte de EEUU del principal comandante iraní, el general Qassem Soleimani, y el número dos del Hashid al Shaabi, Abu Mahdi Mohandis, el 3 de enero. La prensa convencional no filtró ni una palabra sobre lo que vio al oficial estadounidense de alto rango en Al Anbar, donde, según testigos, los soldados continúan construyendo búnkers, traumatizados todavía por el ataque con misiles balísticos iraníes el 8 de enero y especialmente por la negativa del Pentágono a reconocerles al menos el derecho a aparecer sin secreto en el balance de las víctimas. La visita de McKenzie terminó con reuniones con el presidente Barham Saleh, y el nuevo primer ministro, Mohammad Allawi.
Según The Washington Post, durante estas reuniones “las dos partes habrían enfatizado la búsqueda de la cooperación bilateral” en el contexto de “la lucha contra el terrorismo”. La prensa dominante pretende que “la retirada de EEUU está fuera de la agenda iraquí”. ¿Es este el caso?
En realidad, los grupos políticos iraquíes continúan comprometidos con la retirada de las tropas de EEUU, como se desprende de la mencionada convocatoria del congreso sobre la salida de las tropas estadounidenses por el bloque Sairun de Muqtada al Sadr.
Según fuentes informadas en Iraq, el general McKenzie, se habría dado cuenta del caos que reina dentro de las tropas estadounidenses en Ain al Asad y del colapso casi total de los contactos entre los militares de las fuerzas armadas estadounidenses, por un lado, y las fuerzas iraquíes, incluyendo al Hashid al Shaabi, por el otro. También se dice que McKenzie se enteró del establecimiento por parte de los combatientes de la resistencia de un “cinturón de seguridad” de 60 kilómetros de ancho, extendido desde las fronteras con Siria hasta las profundidades del desierto de Al Anbar, en Iraq, que efectivamente equivale a un cerco virtual de los militares estadounidenses desplegados en Ain al Assad.
“La presencia militar de EEUU es una ocupación ilegal. Además, las bases estadounidenses en Iraq apoyan el mantenimiento de las bases ilegales en Siria”, dicen voces estadounidenses como la de Rick Sterling, un analista californiano que agrega: “No podemos olvidar la importancia de la participación de un millón de manifestantes en Iraq contra la presencia militar de los EEUU. Las tropas estadounidenses tarde o temprano tendrán que abandonar el país y poner fin a su ocupación ilegal. Y esto antes de que haya otras tragedias como las de Ain al Asad. EEUU no puede ignorar ni rechazar indefinidamente la gran manifestación popular y el voto parlamentario y eventualmente tendrá que irse”.
Source: Press TV