Reaccionando a las advertencias significativas lanzadas por EEUU, descontento por la aproximación sino-italiana, Roma ha aconsejado a Washington que se preocupe más por su deuda récord con China que por la adhesión de Italia a la Nueva Ruta de la Seda.
El director adjunto del Ministerio de Desarrollo Económico de Italia, Michel Grassi, declaró que EEUU haría mejor en inquietarse por su propia enorme deuda hacia China en lugar de dar advertencias a Roma sobre su adhesión al proyecto chino del Cinturón y la Ruta.
Esta autoridad italiana se expresó así en marzo durante la Conferencia anual del Foro de Boeao para Asia, una especie de Davos asiatico, que busca reforzar los vínculos entre los países de la región. “Algunos están celosos de la entrada de Roma en el proyecto chino. Nosotros aconsejamos a Washington que arregle sus propios problemas financieros”.
Él dijo que otros países europeos se unirían al proyecto del Cinturón y la Ruta en un futuro próximo, precisando que al menos otros dos estados de Europa quieren también unirse al proyecto, sin dar sus nombres.
Italia ha sido el primer país del G-7 en apoyar oficialmente el proyecto chino de unir varias rutas terrestres y marítimas en Eurasia. “La adhesión de Roma a este proyecto busca asegurar los intereses de Italia en primer lugar… Los puertos italianos están abiertos ahora a los inversores que desean construir terminales para la Ruta de la Seda”, indicó Grassi.
Estas declaraciones se producen cuando el Ministro de Economía francés, Bruno le Maire, ha cuestionado recientemente el concepto de justicia extraterritorial de EEUU. Este concepto privó a Francia del mercado ruso-iraní y redujo significativamente su margen de maniobra en Asia sin recibir ninguna compensación por ello.
Indicando que EEUU es hoy un “socio difícil”, Francia insiste en su soberanía en la escena política y tecnológica, dijo Bruno Le Maire, citado por Sputnik. En una entrevista exclusiva con Le Fígaro, el ministro francés de Economía y Finanzas, señaló que “ante EEUU y China, Europa debe imponerse como un poder soberano”.
“Europa es consciente de que EEUU se está convirtiendo cada vez más en un “socio difícil”, mientras que el gigante chino “se está afirmando en el escenario mundial”, añadió. Es hora de que Europa se posicione como “un poder soberano independiente que invierta en sus propias tecnologías”.
La visita del pasado mes de marzo del presidente chino a Europa ha sido, de hecho, un punto de inflexión, ya que simboliza la ofensiva china contra la omnipresencia de EEUU en el Viejo Continente, donde este último país había mantenido una situación de dominio desde la Segunda Guerra Mundial. Ahora, los europeos, sin embargo, ven a EEUU como un coloso de pies de barro y a su política como un riesgo para el mundo porque genera conflictos.
El golpe maestro italiano
En Italia, el presidente Xi Jinping ha logrado un golpe maestro. Reflejando los enormes intereses que Italia, pariente pobre de Europa occidental, quiere ganar, este país accedió a la inclusión de sus puertos y aeropuertos en el proyecto chino de la Nueva Ruta de la Seda.
Aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, ha rehusado implicar a Francia en el proyecto chino, él aceptó reunirse en París con Xi acompañado por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Fuentes cercanas a dicha reunión, citadas por Sputnik, afirmaron que la parte china intentó disuadir a Europa de recurrir a las sanciones y a la dinámica sancionadora promovida por Washington, que daña los intereses europeos. Francia se ha beneficiado de un contrato de 30.000 millones de euros para la entrega de 300 aviones Airbus a Pekín. Este fue el resultado más palpable de la visita de Xi a París y se produce en un momento en el que EEUU multiplica sus ataques contra la industria aeronáutica francesa, para la que el acuerdo con China supone un fuerte impulso.
En este sentido, China busca atraer a los socios de la Unión Europea a una especie de Unión Euroasiática, al mismo tiempo que reestructura el BRICS, un grupo del que Brasil podría salir, dado el cambio de política del nuevo presidente Jair Bolsonario, un evangélico aliado de Donald Trump.
La victoria de Donald Trump fue una gran oportunidad para el crecimiento de la inversión china en Europa. Solo un año después de la elección de Trump, la inversión anual de EEUU en Europa se redujo de 24.000 millones a solo 2.000 millones mientras que la inversión china se ha convertido en nueve veces mayor que la inversión estadounidense en Europa. Al mismo tiempo que Donald Trump declaró una guerra comercial mundial al aumentar los impuestos y aranceles para las importaciones chinas y europeas, China pudo llegar a un acuerdo ideal con la UE que establece que cada uno invierta y trabaje en el mercado del otro, sin impuestos ni aranceles aduaneros.
Para China, sus relaciones con Europa tienen también beneficios políticos indudables. Algunos países europeos que sufren dificultades económicas han recibido apoyo chino y esto ha redundado en un beneficio para Pekín. Así por ejemplo, en 2016, Grecia y Hungría impidieron a la Unión Europea unirse a EEUU y Australia en apoyo a una demanda contra China ante el Tribunal Penal Internacional en relación a una disputa marítima territorial.
Cuando el Dalai Lama visitó la República Checa no fue recibido por ningún miembro del gobierno checo, que aparentemente no quería irritar a Pekín, que acababa de aprobar inversiones por valor de 1.000 millones de dólares en ese país y que rechaza la política del Dalai Lama de buscar la independencia del Tíbet, una región autónoma de China.
Source: Agencias