En el 40 aniversario de la Revolución Islámica, el pasado viernes, el Líder Supremo Ayatolá Jamenei hizo un esfuerzo para expresar la postura geopolítica de Irán en términos simples: “Tenemos buenas relaciones con todas las naciones del mundo y no queremos romper relaciones con ninguna nación europea”. También ofreció una explicación del eslogan “Muerte a EEUU”.
El Ayatolá dijo: “Muerte a EEUU” significa muerte a Trump, John Bolton y Mike Pompeo. Significa muerte a los dirigentes americanos. No tenemos problemas con el pueblo estadounidense”.
Por lo tanto, el eslogan es, de hecho, una metáfora, como en el caso de la muerte a la política exterior de EEUU llevada a cabo durante gran parte de las últimas cuatro décadas.
Eso incluye, por supuesto, el desmantelamiento, por parte de la administración Trump, del acuerdo nuclear con Irán, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC).
Sistema de pago
Para los europeos que firmaron el PAIC, lo que queda es tratar de recoger las piezas. Ellos han creado el Instex: el Instrumento de Apoyo a los Intercambios Comerciales, un mecanismo respaldado por la Unión Europea, con sede en París y gestionado por un banquero alemán, que en teoría permite a los bancos y empresas europeos seguir negociando con Irán sin verse afectados, extraterritorialmente, por EEUU.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, lo calificó como “un importante gesto geopolítico”. Pero un “gesto” puede no ser suficiente, especialmente porque inicialmente solo cubre productos humanitarios vendidos a Irán, como productos farmacéuticos, alimentos y suministros médicos.
Teherán paga al Instex, e Instex reembolsa a las compañías farmacéuticas y de alimentos involucradas. Más adelante, las pequeñas y medianas empresas europeas también podrían usar el Instex para comerciar con Irán sin recibir sanciones de EEUU.
Lo que es crucial a largo plazo sobre Instex es que el mecanismo pasa por alto el dólar estadounidense. Por lo tanto, será sometido a un escrutinio inmenso en todo el Sur. Instex no reemplazará el sistema de pago Swift a corto plazo, ya que la capitalización se establece por el momento en solo 1.000 millones de dólares. La cuestión es si otros pesos pesados, como Rusia, China y Turquía, comenzarán a utilizar Instex para pasar por alto los dólares estadounidenses y las sanciones.
El Instex, aunque es una respuesta embrionaria, muestra cómo Bruselas y las principales capitales europeas están exasperadas por el unilateralismo de la administración Trump. Los diplomáticos han estado diciendo, de forma intermitente, que nada impedirá a los europeos hacer negocios con Irán, comprar su petróleo y gas, invertir en su mercado y evitar el dólar estadounidense en el proceso.
Esto tiene el potencial de ofrecer un respiro al presidente Rohani. Las últimas encuestas internas revelan que 40 años después de la Revolución Islámica, más del 70% de los iraníes de todas las clases sociales no confían en ninguna negociación que involucre al gobierno de EEUU. Y eso incluye a un número cada vez mayor de jóvenes, para quienes la Revolución Islámica es solo el eco de un pasado lejano.
La Criptomoneda PayMon
Sin embargo, los iraníes están abriendo otros frentes creativos. Cuatro bancos (Bank Melli, Bank Mellat, Parsian Bank y Bank Pasargad) han desarrollado una criptomoneda respaldada por el oro llamada PayMon, y las negociaciones ya están avanzadas con los europeos, así como con Rusia, Suiza y Sudáfrica, para ampliar el comercio de PayMon. El movimiento iraní refleja la acción de Venezuela al lanzar su propia criptomoneda respaldada por el petróleo, el petro, en octubre pasado.
Mientras tanto, Rusia e Irán han pasado por alto el dólar estadounidense en el comercio bilateral, utilizando solo el rublo y el rial y “en caso de necesidad urgente, el euro, si no tenemos otras opciones”, según el embajador ruso en Irán, Levan Dzhagaryan.
La Unión de Eurasia frente a EEUU
China, Rusia, Irán y Turquía, los cuatro vectores clave de la integración en curso de Eurasia, están buscando eludir el dólar estadounidense en el comercio usando cualquier mecanismo necesario. La Unión Económica Euroasiática (UEEA) también está trabajando en un sistema común para “impulsar la soberanía económica”, según lo define el Presidente Putin. Tiene acuerdos de libre comercio con una variedad de socios, entre ellos China e Irán.
Este es el contexto en el que ha tenido lugar la Conferencia anti-iraní de Varsovia reunida por la administración Trump.
Sin embargo, la conferencia ha resultado un fiasco. Nadie en Europa quiere ser públicamente asociado con la demonización de Irán. EEUU ha sido incapaz de obligar a la UE, Francia, el Reino Unido, Francia e Italia a acudir y lo que le quedó a la administración Bush fue un grupo de estados árabes vasallos junto a Israel. Las empresas europeas dicen cada vez más a sus políticos que el camino a seguir es el de la Gran Eurasia, desde Murmansk a Mumbai, con Teherán en medio y todo unido al proyecto chino de la Iniciativa del Cinturón y la Carretera o Nueva Ruta de la Seda.
La única excepción es Polonia. Gobernada por nacionalistas duros ha estado solicitando una base permanente estadounidense que el presidente polaco, Andrzej Duda, quiere llamar Fort Trump.
Mirar al Este
Lo que las medidas hostiles de EEUU están haciendo dentro de Irán es promover aún más a los de línea dura y “principalistas” que están presionando para un retorno a la estrategia “Mirar al Este” del ex presidente Ahmadinejad.
Irán ya está mirando al Este, considerando a los países asiáticos como sus principales clientes de la energía y buscando desarrollar estrechos vínculos con la Iniciativa del Cinturón y la Carretera y la UEEA. El gobierno de Rohani ahora sabe, en términos de realpolitik, que no puede confiar en EEUU. Y la UE es un socio inmensamente problemático. El siguiente paso importante sería que Irán se convierta en miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai. China lo quiere. Y Rusia lo quiere.
Source: Atimes