Después del éxito militar de Siria contra sus enemigos, los estados árabes que apoyaron la guerra contra el país están tratando ahora de renovar las relaciones. Los Emiratos Árabes Unidos reabrirán su embajada en Damasco. Kuwait y Bahrein seguirán. Recientemente, una delegación de parlamentarios jordanos viajó a Damasco y se reunió con el presidente Assad.
Los miembros de la delegación dijeron que el corazón de la calle jordana siempre ha latido en línea con el del pueblo sirio en su guerra contra el terrorismo, porque Siria está en la línea del frente para la defensa de toda la región árabe y su victoria es la victoria de todos los países árabes frente a los planes occidentales para desestabilizar y fragmentar a estos países en favor de Israel.
Las primeras señales de que esto iba a suceder aparecieron hace unos meses cuando una personalidad de la televisión kuwaití habló del placer de visitar Damasco cuando la ciudad se volvió pacífica nuevamente. En junio, el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos calificó la expulsión de Siria de la Liga Árabe de “error”. En una entrevista con un periódico kuwaití, Assad dijo que había alcanzado un “acuerdo importante” con varios estados árabes.
Los saudíes aún no son bienvenidos en Damasco. Ellos sido uno de los mayores patrocinadores de los terroristas y tendrán que pagar un precio muy alto para ser aceptados nuevamente. Las negociaciones están en curso. Un regreso formal de Siria en la Liga Árabe no está muy lejos.
Detrás de este cambio se encuentra el miedo a un retorno de las ambiciones turcas. Los estados árabes no quieren que Turquía se expanda y se vuelva más poderosa. No quieren ver tierras árabes de Siria bajo control turco. La única excepción hasta ahora es Qatar, que está aliado con Turquía y tiene tropas turcas en su tierra para protegerla del imperialismo saudí. Ambos países también comparten su apoyo a la Hermandad Musulmana.
Los tres bloques que conforman el gran Oriente Medio, es decir, Turquía, Irán y los Estados árabes ubicados al norte del Mar Rojo tienen aproximadamente la misma población. Cada bloque también representa una corriente político-religiosa diferente, con Turquía a la cabeza de la Hermandad Musulmana, Irán a la cabeza del shiísmo político y el tercer bloque compuesto por países de mayoría sunní, con gobiernos más o menos dictatoriales. Los tres bloques chocan en sus regiones fronterizas formadas por Iraq y Siria. Los estados árabes finalmente comprendieron que sus intentos de deshacerse del gobierno sirio causaron ganancias para Irán y Turquía y los pusieron del lado de los perdedores.
Para Siria, la nueva posición árabe es un cambio muy positivo. Si bien esto no amenaza su alianza inquebrantable con Irán, este país agradecerá cualquier ayuda contra las ambiciones turcas. También necesita inversiones para reconstruir y algunos estados ricos del Golfo, sin duda, las proporcionarán. Esta posición árabe saboteará los planes de EEUU y Europa de privar a Siria de fondos para la reconstrucción porque no se somete a su voluntad.
Source: The Moon of Alabama