El viernes por la noche y tras haber afirmado durante varios días que el periodista saudí Yamal Khashoggi había “salido andando del consulado saudí de Estambul, Arabia Saudí comenzó a publicar su informe oficial sobre el asesinato del periodista donde ahora sí reconoce su muerte en el consulado. Pero, en realidad, una mentira sustituye a otra. El informe, como se esperaba, fue redactado cuidadosamente para evitar implicar a los miembros de la familia real, y al hacerlo le ha dado al presidente de EEUU, Donald Trump, siempre dispuesto a creer las mentiras oficiales saudíes, una excusa para evitar cualquier sanción contra Arabia Saudí.
Trump había dejado claro de que solo castigaría seriamente a los dirigentes saudíes si se consideraba responsables a los miembros de la familia real. El informe saudí anuncia el arresto de 18 personas “que actuaron por su propia cuenta” y despidió a algunas personas estrechamente vinculadas con el príncipe heredero, sin culpar específicamente al príncipe Mohammed bin Salman.
El presidente Trump, como era de esperar, parece aplacado. Su primera declaración después del anuncio fue que considera que matar al periodista es “inaceptable”, pero que vio los arrestos como un “buen primer paso” por parte de los saudíes. También agregó que no quiere amenazar con suspender las exportaciones de armas.
Dado que todo el mundo considera que el príncipe heredero fue el que dio las órdenes para la muerte de Khashoggi, los saudíes también están tratando de dar la imagen de que el rey “controlará su creciente poder”. En realidad, sin embargo, la principal decisión oficial del rey fue la de crear un nuevo grupo ministerial para “reformar” la agencia de inteligencia saudí, y el príncipe heredero ha sido puesto a cargo de la misma, con lo que posiblemente su poder haya crecido.
Source: Agencias