Los intentos de Arabia Saudí y, en especial, de su príncipe heredero, Mohammed bin Salman para mejorar su imagen internacional por medio de su reciente visita a Washington no han tenido éxito.
Según el sitio norteamericano The Monitor, “el balance de la visita de Mohammed bin Salman a Washington muestra que él no ha logrado sus objetivos”.
Al mismo tiempo, el príncipe heredero ha sido objeto de críticas virulentas formuladas en su contra tanto en el interior como en el exterior del reino.
La cadena de televisión qatarí Al Yazira señala que Arabia Saudí intentaba presentar a Mohammed bin Salman como una “figura política renovadora o de un nuevo tipo”, un personaje determinado a aplicar reformas y dar, sobre todo, una nueva imagen de las mujeres saudíes en el escenario internacional y alguien que quiere acabar con el rigorismo extremo wahabí en su país.
Los observadores estiman, sin embargo, que esta imagen del reino saudí es falsa y no ha calado en la opinión pública occidental, que ha visto los crímenes y brutalidades de Bin Salman contra la población civil de Yemen y el arresto y tortura de varios altos príncipes y dignatarios del país, incluyendo muchos de sus tíos y primos, con el fin de sacarles dinero.
En alusión al comportamiento violento del príncipe heredero saudí contra cualquier rival potencial un experto en cuestiones de Oriente Medio precisa que la defensa de los derechos de las mujeres no debe hacer olvidar un punto importante: “Se trata de un joven dirigente agresivo e inexperto que suprime a sus rivales, uno detrás de otro, y no cuenta con ningún verdadero partidario”.
Nadir Hashemi, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Denver (EEUU), cree igualmente que Arahia Saudí sabe bien que su política es juzgada como inaceptable por los otros países de mundo.
Los expertos políticos estiman que la diplomacia saudí es uno de los factores que han manchado la imagen del reino wahabí en el mundo. Su promoción del terrorismo en Siria, Iraq y otros países, su bloqueo contra Qatar, sus amenazas a Irán y, en especial, su guerra contra Yemen hacen parecer a Arabia Saudí como una fuerza de desestabilización regional.
El ataque de la coalición saudí, dirigida por el régimen de Riad, contra Yemen prosigue desde 2015 y ha causado la muerte de miles de 14.000 yemeníes, en su mayor parte civiles, y heridas a otros 53.000. Los saudíes han bombardeado infraestructuras como hospitales, escuelas, mezquitas y otras. El bloqueo a que está sometido el país ha causado una hambruna y epidemias.
Source: Diverso