16-04-2024 04:43 PM Tiempo de Jerusalén

Otra cumbre de la Liga Árabe intrascendente

Otra cumbre de la Liga Árabe intrascendente

Para Siria, como para toda la región del Levante, la reciente 27 Cumbre de la Liga Árabe resultó un evento sin trascendencia.

Para Siria, como para toda la región del Levante, la reciente 27 Cumbre de la Liga Árabe resultó un evento sin trascendencia, carente de propuestas concretas y con la ausencia de dos tercios de sus 22 miembros.

Durante dos días, Nouakchott, capital de Mauritania, insinuó más que debatió las implicaciones del terrorismo como expresión negativa sobre el Islam y sin alusiones a la causa palestina o a la adopción de políticas concretas sobre esos temas.

Servir al bien común, asegurar mejores condiciones, garantizar el futuro y cumplir los deseos y expectativas de todos los países árabes, fueron los preceptos básicos de la organización fundada el 22 de marzo de 1945 y que en la práctica pocas veces, por no decir nunca, estuvieron de acuerdo con la realidad.

A la reunión de Mauritania no asistieron los líderes de Marruecos, Egipto, Argelia, Iraq, Palestina, Jordania y Siria, esta última expulsada de la Liga en 2011, incluso cuando el presidente de este país, Bashar al Assad, era su secretario general.

La débil repercusión cada vez más desvanecida de la Liga tiene suficientes elementos en contra, demostrada por las invasiones a Iraq, el arrasamiento de Libia como nación y la guerra impuesta a Siria desde el exterior hace cinco años.

Con absoluta incompetencia, en total contradicción con los preceptos fundacionales, la Liga colaboró y colabora con quienes desde Estados Unidos y las naciones desarrolladas de Occidente se lanzaron sobre Siria en alianza con los regímenes más reaccionarios e intolerantes del mundo árabe.

Pocos refugiados o desplazados por la situación siria fueron acogidos por la mayoría de los miembros de la organización, mientras se lanza una feroz campaña mediática contra el Gobierno de Damasco y se le sataniza en medio del drama de los enfrentamientos.

De otra parte, varios de sus regímenes integrantes prestaron su apoyo logístico en armas, mercenarios y colaboraron para implantar contra Siria un bloqueo económico y comercial sádico, de un doble rasero moral evidente y con intenciones claramente destructivas.

Cinco años de guerra impuesta contra esta nación del Levante bastan para demostrar las inconsecuencias de quienes desde la cúspide del poder facilitan el caos y promueven la expansión del terrorismo bajo las peores interpretaciones del Islam.

La Liga, que teóricamente abarca más de 13 millones de kilómetros cuadrados y una cifra superior a los 340 millones de habitantes, tiene pocas expectativas de vida práctica y está ahora sumida en un mal camino plagado de piedras que representan el desvanecimiento del mundo árabe, disperso, maltrecho y dividido.