Un reciente informe de Amnistía Internacional detalla las violaciones de los derechos humanos perpetrados por varias facciones rebeldes apoyadas por EEUU en siria.

Un reciente informe de Amnistía Internacional detalla las violaciones de los derechos humanos perpetrados por varias facciones rebeldes apoyadas por EEUU en siria. Uno de estos grupos, que reciben el respaldo de Washington, es Nureddin al Zinki. Militantes del mismo han sido capturados ahora en un vídeo en el que les se ve decapitando a  un niño palestino, un método utilizado habitualmente por el EI y el Frente al Nusra, dos sanguinarias organizaciones terroristas, reconocidas como tales por la ONU.

El vídeo muestra a combatientes del grupo con un niño de 13 años al que califican de “soldado de Assad” y espía al servicio de la Brigada de Al Quds, compuesta por palestinos que luchan al lado del Ejército sirio. Un segundo vídeo les muestra decapitándole en la parte trasera de un camión.

Fuentes sirias han desmentido, sin embargo, que el niño sea un combatiente. Ellas señalan que Abdulá Isa, que era su nombre, era un desplazado palestino y residía en un área bajo control de los grupos armados.

Este incidente tuvo lugar en Handarat, en la provincia de Alepo, donde el Ejército sirio ha estado luchando contra una coalición de rebeldes apoyados por EEUU, que incluyen a Nureddin al Zinki y el Ejército Sirio Libre (ESL).

El informe de AI señala que los grupos rebeldes apoyados por EEUU han cometido numerosos crímenes y torturas en Siria y el incidente de la decapitación ha sido algo normal dentro del contexto de la violencia cometida por los grupos terroristas en Siria.

De todos modos, el asesinato del niño a sangre fría ha creado una ola de indignación a nivel local e internacional. Muchos medios sociales han señalado, una vez más, que la muerte del niño demuestra que no existe una oposición siria armada “moderada” y que la ideología y métodos de los grupos “rebeldes” apoyados por EEUU es indistinguible de la de Al Qaida o el EI.