29-03-2024 01:39 AM Tiempo de Jerusalén

Signos de derrumbe de los grupos armados en el frente sur de Siria

Signos de derrumbe de los grupos armados en el frente sur de Siria

Distintos acontecimientos ocurridos estos días permiten vislumbrar cambios próximos en la situación en el frente sur de Siria.

Distintos acontecimientos ocurridos estos días permiten vislumbrar cambios próximos en la situación en el frente sur de Siria. Recientemente, se produjo el anuncio de los grupos armados de que habían interrumpido sus ataques contra la ciudad de Deraa tras la pérdida de un millar de combatientes y cinco asaltos infructuosos. El pasado fin de semana, casi un millar de terroristas se entregó a las autoridades sirias junto con sus armas y se acogió a una amnistía del gobierno sirio para regularizar su situación. Una ceremonia, en la que participó el gobernador de la provincia, fue realizada el pasado sábado en Deraa con el fin de oficializar esta decisión.


La semana pasada también, el Ejército sirio y Hezbolá rechazaron un ataque de los grupos armados contra la ciudad de Quneitra, en la zona del Golán y cercana a la frontera con la Palestina ocupada. A pesar de la ayuda israelí, en forma de un ataque contra posiciones del Ejército sirio, el ataque fue desbaratado.

Otro efecto importante es la paralización de actividades de la llamada “sala de operaciones Mok”, que opera desde Jordania y que ha venido dirigiendo las operaciones de los grupos armados en el sur de Siria. Esta sala estaba integrada por representantes de varios servicios de inteligencia -como los de EEUU, Arabia Saudí, Jordania, Qatar y otros países-.


Existen varias causas barajadas para la decisión de las autoridades jordanas de proceder al cierre de la misma: una es las diferencias surgidas entre la sala y los grupos armados con respecto a la estrategia seguida, el fracaso de tales grupos a la hora de conseguir algún tipo de victoria dentro del marco de la que fue llamada “Operación Tormenta del Sur” y el reciente viaje del rey jordano Abdulá II a Moscú, donde a buen seguro le fue planteado por las autoridades rusas el tema del mantenimiento  de una sala de operaciones de este tipo en el territorio jordano en un momento en el que Rusia había tomado ya la decisión de iniciar sus ataques aéreos contra los terroristas en Siria.

El fracaso de la “Tormenta del Sur” aumentó las diferencias entre los grupos armados, que comenzaron a intercambiar culpas entre ellos por el fracaso de la operación. Esto llevó a la comisión de asesinatos y a combates entre distintas facciones, que se han cobrado la vida de un buen número de comandantes militares de estos grupos.

En la actualidad, existe en el frente sur una profunda diferencia entre los grupos que han dejado de recibir financiación de la sala Mok y que son partidarios de buscar una reconciliación con el Estado y grupos más radicales como el Frente al Nusra y Ahrar al Sham, partidarios de continuar el conflicto a cualquier coste.

Ante la falta de financiación, algunos grupos pequeños han preferido buscar la incorporación a otras organizaciones yihadistas más grandes, como el es caso del Frente al Nusra, Ahrar al Sham o el EI. Así por ejemplo, la llamada “Brigada de los Halcones de Horan” se ha unido al pro-saudí “Ejército del Islam”, liderado por Zahran Allush. Esta decisión ha venido motivada también por la influencia extranjera, sobre todo la de la Inteligencia de Arabia Saudí, que ha invitado a algunos de los líderes de estos grupos a efectuar la Peregrinación, a pesar de haberla prohibido a todos los sirios en general.

“Otros comandantes y militantes de a pie han preferido abandonar el campo de batalla y encaminarse hacia Europa para escapar al creciente deterioro de la situación en sus filas”, señala el periódico libanés As Safir. Uno de ellos es Abu Omar Zaglul, que ha pedido recientemente asilo político en Alemania

Sin embargo, muchos otros grupos han preferido procesos de reconciliación y han comenzado a entregarse a las autoridades. Esto permitirá al Ejército sirio concentrar su atención en los grupos terroristas más radicales y vencerlos más fácilmente.

En este sentido, As Safir señala que “tras la detención de las operaciones por parte de la sala Mok en Jordania, un gran número de militantes y sus líderes se han retirado del campo de batalla y han vuelto a la vida civil, habiendo abandonado la idea de volver a tomar las armas como resultado de la frustración que han sufrido”.